Esta leyenda relata de manera fantasiosa los hechos que ocurrieron durante el rompimiento de la Liga de Mayapán, una alianza de estados
mayas que se desarrolló en el período postclásico mesoamericano. Durante esta alianza la cultura maya se nutrió de otras civilizaciones como la
tolteca, lo que introdujo nuevas formas de conocimiento.
Según la leyenda, Sac-Nicté era la princesa de Mayapán, perteneciente al pueblo de los cocomes. Cuando cumplió quince años se enamoró del príncipe Canek.
Por su parte, este príncipe vislumbróa la princesa cuando tenía 21 años y quedó prendado de su belleza, por lo que deseaba contraer matrimonio
con ella.
No obstante, Sac-Nicté había sido comprometida por su padre con el priíncipe Ulil, quien era heredero de los uxmal; esta unión se llevaría a
cabo después de que Canek fuese coronado. Los mensajeros de Uxmal decidieron invitar a los
otros gobernantes de la Liga, por lo que Canek tenía que asistir obligatoriamente a la ceremonia.
Durante los preparativos de la boda, Sac-Nité lloraba de tristeza ya que no quería contraer matrimonio con Ulil. En lo que iba de ceremonia,
Canek (quien era el nuevo señor de Chichén Itzá) no se había presentado, lo que extrañó a todos.
Durante los preparativos de la boda, Sac-Nité lloraba de tristeza ya que no quería contraer matrimonio con Ulil. En lo que iba de ceremonia, Canek (quien era el nuevo señor de Chichén Itzá) no se había presentado, lo que extrañó a todos los presentes.
Rapto de la princesa y abandono de la ciudad.
Al momento de concretar los votos matrimoniales, Canek apareció con sesenta de sus soldados, con los que invadió el lugar y raptó a la princesa sin que ninguno de los altos lores pudiese impedirlo. La hazaña de Canek fue tan rápida que todos los presentes se quedaron atónitos
Después de esto, Ulil y Hunacc Ceel (padre de Sac-Nité) se aliaron para atacar Chichén Itzá con la finalidad de recuperar a la princesa raptada y
de castigar a Canek. Sin embargo, al llegar a la ciudad se percataron de que esta había sido abandonada no solo por los amantes, sino por todos los pobladores.
En consecuencia, los cocomes y los soldados de Ulil saquearon y destruyeron Chichén Itzá, lo que explica el abandono de esta gran ciudad.